ANTE EL ODIO Y LA VIOLENCIA ORGANIZADA, LA SOCIEDAD CIVIL ARAGONESA ALZA LA VOZ POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA

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Las agresiones racistas y las llamadas “cacerías” contra personas migrantes vividas recientemente en la localidad murciana de Torre Pacheco han desatado una profunda conmoción social. No se trata de hechos aislados ni espontáneos. Se trata de acciones impulsadas por grupos organizados de extrema derecha que promueven el odio y la violencia como herramientas políticas. Desde Aragón, nos sumamos al clamor social que rechaza con firmeza estos ataques y exige respuestas contundentes por parte de las instituciones.

Lo ocurrido en Torre Pacheco, donde grupos neonazis han atacado a vecinos y vecinas de origen magrebí, incluidos menores, no es un fenómeno puntual. Detrás de estos ataques existe una red estructurada, con vínculos ideológicos, financieros y propagandísticos, que lleva tiempo operando en distintos puntos del país, Aragón incluido. Son organizaciones criminales que alimentan la polarización social, difunden bulos y estigmatizan a colectivos enteros por su color de piel, religión, orientación sexual o situación económica. Es un modelo de odio que avanza.

Estos grupos usan cualquier pretexto, como una agresión aislada o un hecho delictivo puntual,  para justificar su violencia, culpando colectivamente a comunidades enteras. Así siembran miedo y desconfianza, deterioran la convivencia en nuestros pueblos y en nuestros barrios y abren la puerta al fascismo cotidiano.

No se limitan a atacar a personas migrantes. También señalan a personas LGTBIQ+, gitanas, feministas, sindicalistas, periodistas, activistas, personas con discapacidad o simplemente a quienes defienden los derechos humanos. Cualquier diferencia se convierte en excusa para agitar el odio.

Este modelo se propaga con rapidez a través de redes sociales y medios digitales vinculados a estas redes extremistas, que distorsionan la realidad, difunden mentiras y normalizan la violencia. Es un fenómeno coordinado, internacionalizado y con capacidad de penetración social.

Aragón no es inmune, y en nuestra comunidad también hemos sido testigos de discursos de odio que se cuelan en las instituciones, de ataques a colectivos vulnerables y de intentos de enfrentar a la población autóctona con la migrante. Por eso, desde Aragón, queremos dejar claro que no vamos a tolerar este avance del autoritarismo.

Frente al odio, defendemos la solidaridad, el respeto y la cohesión social como pilares de una sociedad democrática. Frente a quienes pretenden sembrar miedo, reafirmamos nuestro compromiso con la justicia social y los derechos humanos.

Por ello exigimos acción institucional. No basta con condenas simbólicas. Necesitamos políticas públicas decididas que garanticen los derechos sociales de toda la población y eviten la exclusión, caldo de cultivo del extremismo. Exigimos que los poderes públicos, desde el Gobierno central hasta las instituciones autonómicas y municipales, actúen de manera firme y coordinada:

  • Identificando, investigando y desarticulando estos grupos organizados del odio.
  • Aplicando con contundencia la legislación contra delitos de odio y discriminación.
  • Reforzando las políticas de inclusión, convivencia y educación en derechos humanos.
  • Protegiendo a las víctimas de estos ataques y garantizando su reparación.

No hay tiempo que perder. Lo ocurrido en Torre Pacheco debe servir de advertencia. O reaccionamos ahora o mañana será tarde. La historia nos ha enseñado que el odio no se detiene solo: hay que enfrentarlo con determinación, con políticas públicas, con movilización social y con unidad democrática.

Desde Aragón, decimos alto y claro: no pasarán. Esta tierra no será campo abonado para el odio ni el racismo. Defendemos un Aragón diverso, plural y comprometido con la dignidad de todas las personas, sin importar su procedencia.